No hacernos a la vista gorda
Dina Boluarte desde su sucesión forzada, está bajo el escrutinio constante por posibles prácticas corruptas, que involucra desvío de fondos públicos, favoritismo en presupuestos con sobornos y recurrente de la negligencia en el mal manejo del desarrollo para el país. Estas acciones no solo minan la integridad del gobierno, sino que también socavan la confianza de la ciudadanía con un gobierno autoritario y la intromisión de poderes para saquear al estado.
Todavía no se revela lo que ocurre debajo de la mesa, pero sí vemos canje de joyas de alta gama a cambio de obras de una amistad nociva del círculo íntimo a la presidenta, su wayki; y la presidenta Dina no hace ningún deslinde más todo lo contrario a funcionarios que alzan su voz contra la corrupción, lo destituyen en el acto; evidencian su ambición de necesidad. Después del genocidio de 50 compatriotas, 25 totalmente inocentes, se ha implantado una dictadura camuflada en contubernio con el congreso de la república, tribunal constitucional, fuerzas armadas, contralor general de la república y algunos malos magistrados.
Boluarte cada día incrementa su desaprobación, si permanece hasta el 2026 la inestabilidad económica y política persistirá o incluso recaiga más la política monetaria; ya se agravo la inseguridad ciudadana, el desempleo, la anemia y la migración de peruanos, Boluarte no hace nada para combatir la corrupción, entre otros. En el ámbito internacional esta minado la credibilidad del país, por su mal accionar como gobierno y desde su sucesión de mando ningún mandatario viene al Perú. Sumémonos para que renuncie Boluarte y convoque a elecciones generales en marzo del 2025. Recordemos hoy no hay candidato favorito, los 25 partidos políticos están en llano; ante esta crisis deben visibilizarse lideres técnicos con valores, firmeza y experiencia para remplazar a Boluarte y cambiar con eficiencia los destinos del país.
Ing. Jhon Reynaga, ex congresista del Perú