Las terribles escenas donde se observa la toma de un canal de televisión y el secuestro de periodistas por un equipo de subversivos con el rostro cubierto y premunidos de armas con las que apuntan a sus víctimas es una escena muy parecida a la que acostumbraban hacer los terroristas de nuestro país en los años 80 a través de grupos de sanguinarios s y fundamentalistas.

La historia se repite entre Ecuador y Perú y por ahí cerca nomás está Colombia a través de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) cada cual en su momento sembró el terror apoyados de grupos comunistas que alentaron la ´presencia de radicales y fundamentalistas que a través de organizaciones de extrema izquierda continúan con su predicamento de una nueva constitución.

En el caso peruano, el pasado nos vuelve a traer las imágenes de los asesinatos selectivos que realizaron grupos subversivos contra militares de alto rango que ocupaban función pública, y lo mismo ocurría contra autoridades de los poderes judiciales, en la época de Velasco Alvarado los medios de comunicación fueron tomados por la revolución militar que actuaba dictatorialmente.

El anuncio que 22 organizaciones criminales participan de una guerra interna en el Ecuador y hay que combatirla por tratarse de narcotraficantes originarios de cárteles de México que han tomado varias provincias y captado jóvenes, han prendido las alarmas en nuestro país, que siempre actúa reactivamente cuando se tiene a los delincuentes soplándonos al oído para generarnos confusión.

Como direccionado por una luz en el fondo del túnel, el premier Alberto Otárola dispuso la presencia de los ministros de Defensa y del Interior para proteger nuestras fronteras habida cuenta que existen 50 pasos de acceso que las hace vulnerables, Tumbes, Amazonas y otras son algunos sectores que podrían utilizar los narcotraficantes para penetrar la país y generarnos caos..

Han transcurrido muchos años de los actos violentos perpetrados por Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) pero la práctica es la misma, colgar perros muertos en las calles y postes de la ciudad en su escalofriante estrategia de amenazar a quienes dudaban de su extrema crueldad, eso es lo que ha venido ocurriendo en el vecino país de Ecuador.

Luego de que Fernando Belaunde, el fundador de Acción Popular y luego presidente de la república en dos oportunidades, se equivocara en su segundo gobierno al señalar que los grupos violentos del interior del país eran abigeos y no terroristas una gran escala de muertes y derrumbamiento de torres de alta tensión, hizo ver que se trataba de subversivos contra el Estado.

Recién allí el líder de Acción Popular, habló por primera vez de una sociedad entre el terrorismo y el narcotráfico, los subversivos ponían las armas, y los narcotraficantes el dinero, alcanzó a señalar Fernando Belaunde Terry al reconocer su error y fijar su estrategia contra un enemigo invisible, como llamó a Sendero y a quien invitó a mostrarse para enfrentar la guerra exponiendo las caras.

Los hechos de Ecuador por tanto, no están tan distantes de lo que ha venido ocurriendo en nuestro país en los últimos años, donde la incursión a sembríos de cocales para la elaboración de pasta básica de alta pureza para efectos del narcotráfico ha generado el incremento del tráfico de drogas, por lo cual nuestro país debe retomar la lucha a favor de la reducción de la materia prima.

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