Tambomachay en español, o Tampumachay (quechua: tampu mach’ay, ‘lugar de descanso’), consiste en un sitio arqueológico que fuera destinado para el culto al agua y para que el potentado del Imperio incaico pudiese descansar.
TAMBOMACHAY
Tambomachay o Tampumachay como algunos quechuologos prefieren llamarlo, junto a otros atractivos como Pukapukara, Qenko y el cristo blanco son parte del centro arqueológico de Saqsaywaman, y uno de los conjuntos arqueológicos mejor conservados en Cusco por lo que es parte infaltable de las visitas turísticas que se realizan en el famoso City tour de la ciudad. Sus impresionantes fuentes de agua y estructuras con acabados de primera calidad que se contrastan con la belleza natural de la que se rodea, hacen indudable que este lugar fuera de suma importancia en el tiempo inca.
UBICACIÓN
Este centro arqueológico se encuentra a los 3700 metros sobre el nivel del mar, exactamente al noreste del centro histórico de Cusco en Perú, a unos 20 minutos en movilidad sobre lo que representan alrededor de 12 kilómetros de recorrido. Es un conjunto que pertenece al Parque arqueológico de Saqsaywaman y ocupa un área aproximada de media hectárea o 450 metros cuadrados.
SIGNIFICADO O ETIMOLOGÍA DE TAMBOMACHAY
La palabra Tambomachay que hoy se utiliza para denominar a estos restos arqueológicos, es una palabra compuesta que viene de dos términos, Tambo – que por crónicas y uso común se sabe se refiere a lugares construidos por el estado inca, en los que se almacenaba reservas de diversos productos agrícolas, prendas de vestir o armas – Y Machay que es un lugar de reposo o descanso. El significado de ambas palabras juntas daría sentido a toda la funcionalidad antes descrita, en cuanto a lugar de purificación, sin mencionar el sentido sacro que obviamente tuvo y que también describimos, lo cual harían probable que este nombre fuera reciente, pues existen también crónicas del siglo XVII que denominan el lugar como Quinua Puquio.
Otro uso de la palabra Machay, la traduce como laberinto, lo cual en conjunto se traduciría como tambo de la caverna, en cuyo caso podría hacer referencia no solo a las formaciones rocosas que existen en el lugar, sino también posiblemente alguna formación subterránea que se hubiera podido identificar en algún momento, lo cual no sería raro debido a la composición calcárea del lugar en el que se encuentra.
DESCRIPCIÓN Y FUNCIONALIDAD
Estas ruinas que también se conocen como balneario del Inca, están compuestas por un conjunto de acueductos o canales de agua subterráneos, de cuya procedencia hasta nuestros días no se tiene conocimiento exacto, estos alimentan 3 fuentes o cascadas de agua, de las cuales la principal ubicada en la parte superior alimenta a las secundarias que tienen un torrente o flujo de agua exactamente idéntico, pudiéndose comprobar esto al usar dos envases iguales que se llenan al mismo tiempo, lo cual es una muestra del alto nivel alcanzado por los incas en la ingeniería hidráulica. Además, las 6 hornacinas que es posible encontrar en el lugar, sobre la impresionante fuente principal de magnifico labrado, confirman inmediatamente el uso ritual del lugar, que según se aprecia por las estructuras residuales que lo rodean es posible haya sido un recinto cerrado en algún momento, y que probablemente fue utilizado como un templo de culto al agua. Los andenes de los cuales está compuesto, además de la canalización del rio que lleva el mismo nombre del lugar, tienen una mampostería impresionante en la que bloques irregulares de roca caliza se ensamblan con perfección, lo que nos daría idea de la época en la que el lugar fue construido, dado que esta es una característica arquitectónica del periodo inca imperial.
Los cimientos de un torreón ubicado frente a la zona principal, le brindan al lugar funcionalidades propias de un centro de control, probablemente, para aquellos que venían del Antisuyo, aunque también es posible que este simplemente haya sido usado para el control de la estricta seguridad que se le brindaba al inca y su noble elite.
La cultura popular denomina el lugar también como baños del inca, de la Ñusta, o lugar de reposo de este máximo gobernante. Ambas versiones anteriores podrían ser ciertas, pues posiblemente la elite cusqueña utilizo este lugar como un centro culto al agua y de purificación ritual o incluso fertilidad, pues este elemento estaba directamente relacionado a la vida.
Se menciona también la existencia de un jardín con un propio sistema hídrico que lamentablemente ya no es funcional para nuestros días, sin embargo, el lugar está adornado actualmente con árboles de Queuña, molles y Kantu, los que le dan un hermoso paisaje a lugar. Así mismo algunas otras crónicas, desde una perspectiva europea de la época, lo mencionan como un lugar de caza o esparcimiento que perteneció al Inca Túpac Yupanqui, es seguro que en algún momento estos territorios estuvieron llenos de la fauna característica de los andes.
Estudios realizados por Tom Zuidema en su libro “El sistema de ceques de Cusco”, establecen a este lugar como un adoratorio del primer ceque del Conti suyo, las cuales eran unas líneas imaginarias que partían del centro del cusco para distribuirse a lo largo del imperio de los incas, tomando como hitos, santuarios y lugares sacros de índoles diversa.