Victor Manuel Chahuayo Sucñer, nos cuenta sus recuerdos

Después de muchos años regresé a mi comunidad, aprovechando las elecciones municipales y regionales. Fue un momento grato. Recordé los lugares donde de niño disfruté de su belleza y encanto de mi amada tierra. Me encontré con mis paisanos, familiares que a decir verdad no les recordaba a muchos de ellos, habían cambiado mucho físicamente. De algunos que me conocían escucha decir a mis alrededores “ese es el wakcha wawa” “kakallaw wakcha wawa kutiramusqa” “ese es el que ha escrito WAKCHA WAWA, cosas por estilo. Llegue también al lugar donde en algunas noches un comunero pregonaba a gran voz llamando a toda la comunidad que esos días iba a llevarse una asamblea. No sé si aún continúa esa práctica. Yendo para LLAQTA KANTU, tuve la suerte todavía de ver el árbol de molle donde “Clemencia” personaje de la obra literaria Warmi Tapukuy, amarraba sus caballos. El patio donde le cogieron de sorpresa ya no yace como antes, habían construido algunas casas. Con mucho dolor observé la casa donde he vivido, está en ruinas (raqay), aún existe el horno, pero muy deteriorado. Las calles donde recorrí las noches hermosas con las “pashias” ya no están como aquellos años. Pero sí, muy imponente como siempre está el árbol de pisonay. De este árbol único en la comunidad no se sabe exactamente de cuántos años tiene. También llegué al lado de “mi amigo eucalipto” aquellos años era un árbol muy grande y debajo de sus sombras jugaba con sus frutos, como también me trae recuerdos tristes, porque cuando tuve la oportunidad de jugar y me demoré un poco para llegar a la casa donde vivía, “el viejo” me propinó con un palo en la espalda y caí casi muerto, pero reaccioné y corrí para que no me cayera otro palo. El árbol de esos años ya no está, pero sí los retoños están también tomando cuerpo como el primer árbol. Puedo seguir contando más cosas…será en el siguiente viaje.

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