Antes de instalarse el actual código penal en Andahuaylas, se hablaban maravillas, de esta nueva herramienta, como nueva versión en la administración de justicia, cuando cubríamos información desde el módulo básico, o desde la sala itinerante, en nuestra función periodística, los jueces, se quejaban de estar cosiendo libros, cuando los volúmenes crecían, pronto dejaremos esto, decían.

Pasaron algunos años, para que dicho código se implementara en nuestra provincia, y por ende en la región Apurímac, se anunciaban capacitaciones, cursos, exposiciones, para el fortalecimiento de las capacidades de jueces, secretarios, abogados, y otros, para que estén actualizados, respecto a esta “joya” legal, que permitiría tener procesos más breves, y los litigantes, no se mueran antes.

A los periodistas nos convocaron en muchas oportunidades para compartirnos sus experiencias, de modo que podamos insertarnos, en la nueva opción judicial, para ser vehículo de información a la población, lo que nunca se entendió, fue cómo del recato tradicional y la ausencia natural de diálogo con los ciudadanos de a pie, magistrados y fiscales, se convirtieran en personas mediáticas

Con la creación del nuevo código, los fiscales, alcanzaron inusual protagonismo, como responsables de la investigación y las acusaciones, relegando a los jueces a la ejecutoria de las sentencias a los justiciables, antes de que ello sucediera, la voz cantante, la tenían los jueces, incluso en los crímenes, ordenaban levantar los cadáveres, en eso también fueron desplazados.

En ese marco, el Ministerio Público, que no sabemos cómo se genera su independencia, respecto del Poder Judicial, o si es un poder, dentro de otro poder, o cuál es su registro, dentro de los poderes públicos, como el Poder Judicial –tenemos derecho a ser ignorantes- lo cierto es que los equipos de investigación fiscal, han opacado no solo a los jueces, sino al propio Fiscal de la Nación.

Los equipos de investigación fiscal, sean de Lavado de Activos, Corrupción de Funcionarios, Prevención del Delito, contra el Narcotráfico, Trata de Personas, o de lo que sea, son hoy en día la dama de compañía o la novia, en el tratamiento de la información, todos van tras ellos, porque está claro, que disfrutan del tema mediático, que les da fama, dinero y prestigio, como sabemos.

Empero, pocos conocen, como realizan su tarea desde la interna, ´porque con la puesta pública de “avatares” de la lucha contra la corrupción, se han tejido historias controvertidas, que involucran a testigos protegidos, delatores, informantes, y otros, de manera reservada, que pone en tela de juicio honestidades y probidades; el público se entera de las versiones del fiscal, con manto oscuro

Hoy, muchos equipos de investigación fiscal, se encuentran cubiertos por una túnica de incertidumbre, si bien la calle aplaude, por hechos que le muestran las autoridades, desconocen a profundidad los hechos, por su escaso afán de investigación, de esto otros se aprovechan, para generarles complicidad, que sirve de coartada para meter a todos a la cárcel, sin pruebas claras.

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