Carlos Iván Landa Kerschbaumer
Hacia el poder absoluto. El pueblo colombiano se equivocó al elegir a Gustavo Petro como presidente de la república y aceptar todas las tropelías de este comunista que se atribuye ser el amo y señor de Colombia, y jefe incluso del fiscal de la Nación sino califica a los empresarios de su país, de ser el yugo, en tanto, Petro se recrea en denunciar a neo feudales, lacayos y súbditos.
Está claro que Gustavo Petro parece haberse quedado en el tiempo, por esto aborta del sistema democrático, pese a ser su trampolín a través del cual llegó a la primera magistratura de su país, pero como hacen los radicales hoy lo deniega, en razón a su perorata, Gustavo Petro arrojó al jefe de fiscales a las faldas de Patricia Benavides a quien este pidió auxilio para su vida y de su familia.
A muchos personajes la vida los cambia, por eso se habla de readaptación social, cada vez que se recluye a delincuentes en las cárceles para que luego se reincorporen a la sociedad y aporten en su desarrollo, como sabemos, el Tribunal Constitucional (TC) incluye en este objetivo a terroristas y narcotraficantes que tras cumplir condenas, puedan participar en cargos públicos postelectorales.
Empero no siempre resulta dicha aspiración que demandan las normativas oficiales, habida cuenta que existen hampones avezados que desde las cárceles dirigen bandas asesinas, también pasa con los senderistas, que desde prisión jamás se arrepintieron pero si aceptaron que el camino trazado era el más adecuado para cumplir el objetivo, hoy sin embargo buscan conquistar el poder político
Abimael Guzmán murió en la cárcel continuando con su prédica asesina, en tanto los remanentes de su organización criminal continúan causando zozobra desde lugares como el Vraem y otros, generando zonas liberadas y amenazando a la población para atraerlos a sus filas, hoy el Estado lucha contra el narcoterrorismo y consumo de estupefacientes, para evitar se extienda al exterior.
Gustavo Petro, el actual presidente de la tierra del porro, pertenece a la estirpe de guerrilleros que deniegan de la democracia como instrumento de convivencia pacífica y desarrollo para los pueblos que construyen una sociedad desde la paz y contra el odio de quienes participan del comunismo, el mandatario colombiano patear el tablero tras sus expresiones duras de antisistema.
Hace algunos años durante el gobierno del colombiano Juan Manuel Santos, se dio una tregua para que las guerrillas asesinas de las Farc enmienden sus malas acciones, atrayéndolos a la sociedad, mediante la entrega de las armas e insertándoles en el quehacer político, incorporándose al parlamento de ese país, duró poco su decisión, porque volvieron al narcotráfico.
En ese contexto, las naciones americanas que participan de la democracia como sistema político deberían fijar posición respecto al gobierno del colombiano Gustavo Petro, quien no solamente anuncia nacionalización de las empresas privadas con la estatización de estas en su país, empero como si fuera un bumerang, hoy el feudal es el mismo y los súbditos los gobernados por su yugo.