En un artículo interesantísimo, “Tragedias y celebraciones: imaginando academias locales y foráneas”, del académico y sociólogo Raúl Romero, aquel afirma tajantemente: “Yo, como muchos estudiosos de las ciencias sociales del Tercer Mundo, estudiamos nuestros propios países no solamente para ejercitar nuestras habilidades intelectuales, sino más bien con la esperanza de contribuir a la realización de transformaciones sociales y culturales”.

Esto ante la polémica de los antropólogos oriundos y extraños, que analizan la realidad real desde diferentes ópticas. Por ejemplo, de los oriundos se dice que no se pueden “desfamiliarizar” de sus objetos de estudio, o que sus características son las evidencias de un academicismo “inferior”. Esto, según el autor, son verdades a medias o falsas verdades.

En un siguiente apartado, revela que existen prejuicios sociales entre los intelectuales y su lugar de residencia, como en el caso de Susan Lobo, o la del desplazamiento del Leninismo al “Lennonismo” en la ideología de los estudiantes de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), o la falta de ética del caso de la fotografía de la niña moribunda en Sudán en el New York Times.

Además, Raúl Romero afirma que en los años cincuenta del siglo anterior hubo una abundante producción de obras académicas en diferentes campos de especialización. Más adelante, señala: “Ni siquiera los autores más celebrados están libres de la tendencia de ´olvidarse´ de sus fuentes locales”, pues “los guías intelectuales más bien provienen de la metrópoli”; al respecto, pone ejemplos paradigmáticos. Por ello, el lenguaje académico y su estilo son trascendentales.

El autor hace un importante cuadro sobe las diferencias entre el rigor del lenguaje y su sistema de pensamiento entre los “estilos narrativos regionales” (del Tercer Mundo) y los “estilos narrativos metropolitanos” (Primer Mundo), donde las disparidades en orden correspondiente son: “a) Desarrollo cíclico de la narrativa e intensa repetición de las ideas – Desarrollo continuo de la narrativa, resistencia a repetir ideas y economía de palabras”.

También destaca lo siguiente: “b) Cualidad poética prestada de la literatura – Jerga impersonal y especializada, prestada de las ciencias duras; c) Pasajes emotivos (discursos éticos) – Lenguaje frío, ‘objetivo’; d) Sentido de inmediatez e inclusión de opiniones coyunturales – Deseo de ‘permanencia’ a través de tiempo. Inclusión de hipótesis basadas en fuentes ‘impersonales’; f) Estilo oral, tono coloquial cercano al reportaje – Estilo estrictamente escrito y formal; e) Pocas citas, presunción de que los hechos son de conocimiento común, por lo tanto la autoridad proviene de la condición misma del autor – Abundancia de citas, necesidad de probar que el texto se basa en una ardua búsqueda de fuentes objetivas. Necesidad de demostrar “autoridad” sobre una realidad ajena”.

En ese sentido, también señala: “g) Marco teórico implícito – Marco teórico explícito; h) Mayor atención a los datos de campo, como aporte a la integración y conocimiento de nación (fin político) – Los datos de campo son solo una excusa para probar una hipótesis teórica de importancia no nacional sino “universal”; i) Selección del lugar de la investigación sobre la base de una noción de pertenencia, de compromiso con el propio país, pueblo raza o etnia – Selección de un lugar de investigación al azar, mirando un mapamundi”.

Hasta aquí son las diferencias. Después desarrolla las nociones de “tragedias” y “celebraciones” de la etnografía, que es una de sus principales fuentes de investigación. Cabe destacar que el docente universitario escribió este artículo ante esta interrogante: “¿Por qué ustedes, los peruanos, siempre están estudiando a otros peruanos?”. Esta cuestión le preguntó desconcertado un antropólogo norteamericano cuando le comentó sus futuros proyectos de investigación.

En un artículo también enjundioso, “Filosofar en español”, el académico y filósofo español Jesús Mosterín rescata someramente las contribuciones de los españoles a la cultura universal, para luego criticar las carencias de la tradición cultural española-latinoamericana, específicamente en cuatro puntos esenciales: a) La carencia de la libertad (para mí, con énfasis de los largos siglos de las colonias); b) Poca iniciativa económica, poca iniciativa empresarial (se miraba bueno ser rico por herencia, por militarismo, por el robo, mas no la riqueza ganada; es decir, ausencia de empresarios); c) el poco o escaso desarrollo de la ciencia (la historia lo demuestra); y d) La falta de sensibilidad a la naturaleza.

Sin embargo, en el siglo XX, algunos de estos problemas se están solucionando. Más adelante realiza un pequeño repaso por la historia de la epistemología casi ausente en la modernidad latinoamericana, que más desarrolló una escolástica anacrónica del siglo XVI al XVIII; aunque en la actualidad los españoles y los latinoamericanos se han integrado a la filosofía universal, tomando aportes alemanes, franceses e ingleses especialmente.

Por ello, Jesús Mosterín afirma: “Todas las lenguas hacen distinciones diferentes, unas lenguas hacen distinciones que otras no hacen”. Pone el ejemplo de Bertrand Russell sobre el knowledge of truths (conocimiento de verdades, que es el saber) y knowledge of things (conocimiento de cosas, que es el conocer); o también la diferencia entre ser y estar que hace el español y el inglés no.

Otro aspecto interesante del artículo, es la apreciación del autor sobre la mala crítica o crítica elogiosa y amical de trabajos intelectuales en los hispanohablantes, que obvia la verdadera trascendencia del trabajo intelectual. O también la falta de originalidad de parte de los “loros” académicos que repiten otras teorías foráneas y tampoco la difusión escasa de los articulistas regionales.

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Francois Villanueva Paravicino

Escritor peruano (1989). Egresado de la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Ha publicado Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019) y Azares dirigidos (2020). Textos suyos aparecen en diversas antologías, páginas virtuales, revistas, diarios, plaquetas y/o; de su propio país como de países extranjeros. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España. También, ha sido distinguido en otros certámenes literarios.

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