20 abril, 2024

El historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari ha escrito dos obras monumentales que revelan de forma panorámica y esclarecedora la historia de la humanidad, su pasado y su futuro, de dónde viene y hacia dónde va: Sapiens. De animales a dioses (2011) y Homo Deus. Breve historia del mañana (2015); que, desde que fueron publicadas, se vendieron como salchichas calientes por millones y se han traducido a varias decenas de idiomas de todo el mundo.

Estos libros de gran trascendencia universal recién llegaron a mis manos (muchos años después de publicados) y los devoré en pocos días cada uno, asombrado por la capacidad de síntesis y direccionalidad que le da el autor a los grandes temas de la historia del hombre, desde que éramos primates y desde que por alguna mutación genética en el género Homo nos convertimos en cazadores, recolectores, agricultores, capitalistas, inventores, artistas o científicos.

El estudioso y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha segmentado en tres grandes revoluciones, en su primera entrega de fama internacional del 2011, que ocurrieron en la historia de la humanidad: la revolución cognitiva (cómo el hombre se convirtió desde un animal homínido a un ser pensante y racional), la revolución agrícola (cómo el hombre inventó la propiedad privada y los sistemas políticos y económicos) y la revolución científica (cómo el hombre llegó a la luna, inventó los algoritmos y cómo viene desarrollando la nanotecnología y la astrofísica, por ejemplo).

Y con una pluma ágil y directa, esquemática y pedagógica, explica cada segmento con datos históricos y científicos muy interesantes, como que el Homo Sapiens es una especie del homo que recién está desarrollándose con un poco más de 300 mil años, cuando existió el Homo Erectus, ya desaparecido, que se desarrolló por casi 2 millones de años. También, que el Homo Sapiens ha sido el depredador más grande de toda la historia de la Tierra, aniquilando a cualquiera que se le interponga en sus planes.

Asimismo, explica cómo la creación de los idiomas, la religión, los mitos, las leyes, la moral, las convenciones, los sistemas políticos y económicos, y un largo etcétera; es decir, normas abstractas e idealistas, pues solo existen en el pensamiento del hombre, dominan y ordenan la mayoría de las acciones humanas en todos los campos del hombre, como si fueran parte de nuestras necesidades fisiológicas. Por ello, la gran inteligencia que han desarrollado los hombres durante toda su evolución histórica.

Además, nos detalla los grandes logros de la ciencia, como la alianza alucinante de medicina y biotecnología, con nanorobots que lucharían contra las células cancerígenas, la diabetis y otras enfermedades letales. La clonación entre diferentes especies de seres vivos, como una medusa fosforescente con una planta; o la creación de ciborgs, una metamorfosis entre humanos y máquinas súper modernas. O, por ejemplo, el ultradesarrollo de nuevas estrategias bélicas, como colocar sistemas de espionajes en moscas silvestres o, también, la creación de virus informáticos o hackers computarizados, con la finalidad de dominar al enemigo.

¿Pero qué es lo que inspira al hombre a desarrollarse tanto? Desde sus inicios, según Yuval Noah Harari, el hombre ha luchado contra la muerte, buscando siempre sobrevivir al final de sus días, es decir, ser inmortal; también, ha hecho lo posible para perpetuar la felicidad y el bienestar, como una de sus grandes metas existenciales y por el que sustenta aquel epicureísmo que lo caracteriza por naturaleza; y, finalmente, tener un poder sobre todas las cosas, cual si fueran los mismos dioses en los que creyeron y que, también, eran demasiado antropomórficos. En pocas palabras, el hombre siempre ha buscado la perfección en las diferentes tareas que desarrollaba. Y, sostiene el autor, la ciencia lo ha guiado hacia ese camino.

El gran avance de la ciencia y la tecnología, afirma Yuval Noah Harari, ha hecho que creemos las computadoras, que son creaciones a bases de algoritmos (la gran esencia del dataísmo, que acumula todo el saber humano) y que, gracias al impulso de los científicos, podrían reemplazar todas las funcionalidades de los hombres e, incluso, de los seres vivos. Y pone como ejemplo la creación de súper computadoras que podrían reemplazar a los médicos, a los abogados, a los artistas, a los políticos, etc.; es decir, podrían inmiscuirse en casi todas las ramas del saber humano.

Y todo ello porque en el siglo XXI ya casi se han vencido las hambrunas (el autor sostiene que hoy en día la gente tiene más posibilidades de morir atragantado en McDonald’s que morir de hambre en una zona paupérrima), las guerras (hoy en día existen armas que podrían destruir naciones en segundos y que, por ello, ha paralizado las confrontaciones bélicas en países de primer mundo) o las pandemias o plagas (la medicina ha avanzado tanto que hemos reducido y controlado la mayoría de enfermedades). En pocas palabras, nos encontramos en una época histórica de bonanza en el hombre. Por ello, mil veces recomendados los libros de Yuval Noah Harari.

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Francois Villanueva Paravicino

Escritor peruano (1989). Egresado de la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Ha publicado Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019) y Azares dirigidos (2020). Textos suyos aparecen en diversas páginas virtuales, antologías, revistas, diarios, plaquetas y/o, de su propio país como de países extranjeros. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España. También, ha sido distinguido en otros certámenes literarios.

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