Carlos Iván Landa Kerschbaumer
Castillo está fuera de sí para convocar este tipo de marchas lumpenescas, que observamos a fin de semana, cuyo objetivo fue meter susto y atacar a los periodistas que cubren las noticias del día, quienes solo poseen una pluma, una libreta, una cámara fotográfica o un transmisor de imágenes, con la única tarea de conocer las incidencias del evento, qué manera estúpida para hacerse odiar.
El mandatario, que está a punto de ser suspendido constitucionalmente, por sus temerarias declaraciones ante el periodista del Rincón de CNN, indicando que convocará a la población para consultarle, vía referéndum, la posibilidad de ceder mar a Bolivia, cuyo informe fue aprobado por la subcomisión de acusaciones constitucionales, cada vez que abre la boca, genera fuego cruzado.
Los defensores del presidente, entre asesores y ministros, se indignan por la situación a donde ha llegado Castillo Terrones, como si le hubieran tirado “una cáscara de plátano” para que resbale y caiga; sus exabruptos son tales, que sería muy fácil sacarlo del cargo si se dan las condiciones y se aplica el artículo 177 de la constitución en el caso de “traición por la patria”, sería “un regalito”
Con un presidente como Pedro Castillo Terrones, que parece ir por la libre y que no le hace caso a nadie; lo que parecía un juego, está a punto de hacerse realidad, luego que letrados, académicos, exmilitares se sumaran a la protesta en defensa de la soberanía nacional, contra esto, quienes protegen al jefe de estado, aseguran que con declaraciones no basta, se requiere dolo para esto.
Con una comisión de la OEA, respirándole en la nuca y con su secretario general, el uruguayo Luis L. Almagro Lemes, denunciado por temas delicados como acoso sexual por los Estados Unidos, el presidente se apresta a recibir a los secretarios generales de países americanos, quienes según un congresista de oposición no serían embajadores de nuestro país, una situación que nos sorprende.
La presencia de los diplomáticos a instancias del presidente Castillo, y que obligó que desistiera a un encuentro internacional, por quedarse a esperarlos, no parece ser la panacea para el gobierno de izquierda, que desea fortalecerse en el poder y que ve en la OEA una organización que le pueda allanar el camino en su disputa contra la derecha, en busca de alcanzarse un equilibrio de poderes.
Otro tema que ha cosechado rabietas a Pedro Castillo Terrones y sus acólitos, es el archivo a donde fue a parar la cuestión de confianza planteada por el premier Aníbal Torres Vásquez contra el fallo del Tribunal Constitucional (TC) a favor del congreso de la república y que evita que el ejecutivo pueda disolverlo de manera fáctica, como ocurrió en tiempos del presidente Vizcarra.
Con esta decisión, al gobierno de Castillo Terrones, solo le queda hacer cuestión de confianza sobre los proyectos presentados por el ejecutivo al congreso y que aún no han sido aprobados, con esto, ya son dos normas enviadas al archivo por el legislativo, la anterior fue la propuesta a una nueva carta constituyente, en sendos casos, tendrían que esperar 12 meses para reiterarlas.