Antes de ingresar a los años noventa, el país tenía un poder Legislativo, que repartía sus responsabilidades en dos cámaras; la denominada cámara baja o Cámara de Diputados, y la cámara alta, identificada también como Cámara de Senadores, pero para abreviar los términos, se tendía a llamar a la primera, simplemente Diputados, y a la segunda, solo Senado, un facilismo.
Desde que se instaló la república en el Perú, esta división del poder político de representantes fue inalterable, solo se quebró a partir de 1990 durante el gobierno de Alberto Fujimori, que la reformó en 1993, época en que se creó una nueva carta política, como resultado del golpe del cinco de abril del año anterior, la fundamentación fue que una sola cámara abarataría los costos.
Cuando ingresó Alejandro Toledo el año 2001, tras la renuncia de Alberto Fujimori por fax, que había huido al ser descubierto sus ilícitos en perjuicio del Estado, y la muerte de estudiantes y otros en La Cantuta y Barrios Altos, y perpetrarse la marcha de los Cuatro Suyos, tras el fraude electoral del año 2000, con políticos encarcelados, el nuevo gobierno conservó la unicameralidad.
Alan García que había sido presidente de la república entre 1985 a 1990, en su primer gobierno, que concluyó en medio de gran crisis, teniendo que reinsertarse el país y recuperar la confianza de sus acreedores, a su regreso 2006-2011, en su segundo gobierno, García ya no cometió los mismos errores, empero mientras estuvo en el poder, tampoco cambió la estructura política del Legislativo
En el periodo de Ollanta Humala 2011-2016, el Congreso continuó con una sola cámara, durante el gobierno de Humala, que se caracterizó por el financiamiento internacional a su campaña electoral de parte de los gobiernos de Venezuela y Brasil, a través de recursos ilícitos, así se perpetraron los sobornos de Odebrecht, caja chica de Lula, explotando la corrupción en el país.
Este año 2018, tras la caída del régimen de Pedro Pablo Kuczynski, por evidentes acuerdos económicos con empresas privadas, entre ellas la indicada, a través de cuentas fantasmas que operaban en Norteamérica, de propiedad de PPK, y que eran manejadas por testaferros, asumió el cargo el vicepresidente Martín Vizcarra, y desde entonces estallaron visibles actos de corrupción.
En esta oportunidad, fueron magistrados, jueces supremos, fiscales, empresarios y algunos políticos los que resultaron involucrados en redes mafiosas, a través de audios que mostraban los acuerdos y tráfico de influencias para los favorecimientos de cargos y contratos; algunos medios se encargaron de difundir estos audios, por lo cual se debate una reforma judicial en el congreso.
Este tema, al igual que la vuelta a la bicameralidad es hoy un planteamiento que genera discusión en el Legislativo, la situación es complicada porque es improbable que 130 congresistas, se puedan desdoblar para cubrir a una población que ha venido creciendo hasta alcanzar a 32 millones de peruanos, que no es la de los años 80, época que era una cifra menor pero con 240 legisladores.