Carlos Iván Landa Kerschbaumer

Lo que acaba de hacer la congresista Rosselli Amuruz de 36 años de edad, es inexplicable, no le ha interesado ser tercera vicepresidenta del congreso para realizar tamaña irresponsabilidad de dejar a sus electores para ir a un viaje de placer en el exterior, una situación que demuestra que a algunos padres de la patria solo les interesa divertirse y mirar por encima del hombro a los demás.

A nombre de la juventud, como la chalaca se identifica, para ponerse a buen recaudo de las críticas, le coloca un manto de impunidad a sus malas acciones, increíble que los lectores de esta columna, perciban tanta desvergüenza y pobreza idiomática, fraseo estúpido, para inducir al relajo de una autoridad política, que deja atónitos a quienes crean que la juventud les genera licencias.

Está claro, que no podemos meter en un saco a todos, pero es también válido enojarse por haber decidido que la fiestera Rosselli Amuruz, sea una de sus fichas para capturar la mesa directiva, y aunque no lo han dicho, estamos seguros que muchos estarán tragándose los sapos por tan mala decisión que seguro lamentan pero a la vez saben que deben protegerla para no arriesgar la mesa.

A esta hora del partido los socios del control político, lo que menos piensan es sacarla, aunque todos estén tentados a dar ese paso, porque el blindaje es prestadito, aunque Amuruz, tiene todavía mucho que explicar en el caso del comunicador asesinado tras la velada que Rosselli organizó para festejar el cumple de su peor es nada y responder a la contratación de su personal.

Lo cierto es, que el congreso se ha convertido en un parque de diversiones para muchos, que acostumbran a darse la gran vida, sirviéndose comilonas y viajando a diversos países del mundo para relajarse, beber y hacer turismo, todo pagado, incluso utilizando los fondos del congreso, países como Marruecos, Rusia, India y otros, han sido tours donde amigos y rivales se dan la mano.

La ideología no existe cuando de divertirse se trata, el respaldo a las acciones de lesa humanidad como el acometido contra Ucrania tampoco les interesa, lo que ocurre en medio oriente quizá tampoco sea suficiente para sensibilizar a nuestras autoridades, Dina Boluarte viajó para reunirse con el Papa, aprovechó para dialogar con el presidente de Alemania, debiendo ser con su canciller.

La mandataria tiene tan mala suerte que explotó la guerra en pleno viaje a Roma, y tuvo que utilizar el avión presidencial para apoyar a las víctimas del infierno israelí palestino, pero no fue suficiente, se hizo necesario el apoyo de un avión ecuatoriano para socorrer a los peruanos, que corrían de las bombas, acuerdo o no, los gestos humanitarios son siempre bienvenidos, aplausos.

Mientras la presidenta busca un baño de popularidad, regresando con peruanos refugiados tras el conflicto Israel Palestino, los bombardeos y misiles no cesan, un infeliz recibimiento le espera a Boluarte, una moción de vacancia que impulsa la izquierda para hacerse notar, casi nada, lo extraño es que se le denuncie por viajar, cuando el propio congreso autorizó dicho viaje europeo.

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