Carlos Iván landa Kerschbaumer
La denuncia constitucional presentada por la fiscal de la nación Liz Patricia Benavides Vargas contra el presidente de la república José Pedro Castillo Terrones, empezó a poner nerviosos a todos los implicados en la supuesta organización criminal, ratificándose en ese contexto los afanes totalitarios del régimen, orientándolo al poder único, como Cuba, Venezuela, Nicaragua y adeptos.
Castillo busca limpiar la casa y desalojar a los incómodos, lo primero que ha anunciado a través del cascarrabias premier Aníbal Torres Vásquez y sus incondicionales subalternos Alejandro Salas, Roberto Sánchez, Félix Chero, ministros de estado, de probada incompetencia funcional y rastrera, que se viene evaluando la disolución del congreso, una pretensión de golpe de estado.
Con “agua hasta el cuello” a punto de “ahogarse” el mandatario busca “tres pies al gato, sabiendo que son cuatro”, delegando a sus acólitos que de Derecho no saben nada, porque parece que les han regalado el título, una campaña de demolición contra la titular del Ministerio Público que les ha pintado la cara a toda la organización de corruptos con pruebas fehacientes de actos dolosos.
Con mucha inteligencia y sagacidad Benavides Vargas, de meritorios antecedentes profesionales, ha realizado toda la tarea que el congreso no ha podido efectuar durante sus investigaciones políticas a través de la comisión de fiscalización, de esta manera la titular del MP le da legalidad a todo lo actuado respecto a los ilícitos comprobados, quedando el legislativo listo a tomar acciones.
La Fiscalía de la Nación entregó el martes a la mesa de partes del Congreso de la República un voluminoso informe de la labor realizada por los fiscales de “lucha contra el poder” y que constituyen insumos valorizados de los hechos perpetrados por la supuesta organización criminal, que actúa desde Palacio, donde están involucrados “asesores a la sombra” y seudos funcionarios.
Patricia Benavides sabe que tendrá que soportar la asonada de los contingentes del poder y que será objeto de denuncias, amenazas y falsedades, cada vez más fuertes contra ella, su familia y su institución, pero sabe que dar el primer paso generará un gran precedente respecto a lo que será en adelante la resistencia del Ministerio Público en el enfrentamiento contra mafias organizadas.
Contra esto las huestes de Castillo y los investigados continúa con su afán de negar la realidad, evitando criminalizarse y en ese contexto, todo lo que hace es guardar silencio a todos los interrogatorios, en ningún momento ha prestado declaraciones respecto a los cargos que el Ministerio Público y el Congreso de la República les imputa, no ha levantado ninguna información.
La estrategia de Pedro Castillo y sus familiares, en los casos que son investigados es evitar ofrecer pistas respecto a los ilícitos, prefieren guardar lo que conocen y ofrecen versiones falsas a adeptos con el apoyo de portátiles, que lo que se viene diciendo son irrealidades con contenidos racistas, por eso se enfrenta a los medios y a las preguntas, actuando con intolerancia y evidente cinismo.