Además de hectáreas de vegetación, dos antenas de comunicaciones y dos viviendas fueron afectadas
La emergencia inició el último martes 11 de julio y fue sofocada la tarde del 12 de julio. De acuerdo al reporte preliminar, dos familias lo perdieron todo debido a que el fuego consumió sus precarias viviendas. Así mismo, hay daños en campos de cultivo, dos antenas de comunicación y pastizales.
La Compañía de Bomberos de Abancay confirmó que cerca de 42 hombres de rojo, de la Compañía Micaela Bastidas de Tamburco y Abancay N.º 68, lucharon para apagar el incendio que se expandió a causa del viento. Esto pese a que tres unidades especializadas para el transporte de agua se encuentran inoperativas.
Además, participan en la labor 30 integrantes de la Policía y pobladores. Hasta el momento, se desconoce qué habría originado la emergencia que llevó dos días en vigencia. Se sabe que el incendio ya afectó 50 hectáreas de pastizales, según la Compañía de Bomberos de Abancay.
El general PNP Nilton Santos Villalta, jefe del Frente del Policial de Apurímac, solicitó a través de Latina que las autoridades deben facilitar la entrega de equipos especializados para el control de incendios forestales, como trajes, palas, entre otros. Enfatizó que este tipo de emergencias suele incrementarse durante estos meses.
UNIDADES INOPERATIVAS DE LA COMPAÑÍA DE BOMBEROS
El incendio en el Cerro Quisapata, ha presentado múltiples desafíos para los bomberos que lucharon valientemente para controlarlo. Sin embargo, la falta de camiones cisternas en funcionamiento ha limitado su capacidad para abordar la situación de manera efectiva. A pesar de su dedicación y profesionalismo, los bomberos se encuentran desamparados al no contar con los recursos necesarios para combatir eficientemente las llamas.
La falta de camiones cisternas operativos no solo restringe la cantidad de agua disponible para apagar el incendio, sino que también limita la capacidad de los bomberos para moverse rápidamente y acceder a áreas de difícil alcance. Esto no solo pone en peligro a los vecinos cercanos al Cerro Quisapata, sino que también aumenta el riesgo para los propios bomberos que se enfrentan a condiciones peligrosas en su intento de controlar un incendio.
Es fundamental el mantenimiento y la reparación de estos vehículos, ya que son una parte esencial de la infraestructura de respuesta ante emergencias que se puedan presentar en los próximos meses en nuestra región.