Carlos Iván Landa Kerschbaumer
Con un 70 por ciento de descenso de su producción, la mina MMG Las Bambas continúa siendo el “talón de Aquiles” del régimen que muestra total inoperancia para solucionar los problemas de los comuneros y los arrastra a continuar con los bloqueos de las carreteras, en un momento tan expectante como el alza del cobre, tras la guerra de Rusia y Ucrania, que lo convierte en la opción.
Esta situación parece no importarle a Pedro Castillo y su gavilla de incapaces, que prefiere patear el tablero, empujando al país al caos, abortando las leyes para justificar su mediocridad, por el contrario busca coartadas para engañar a la población y no afrontar su responsabilidad que se grafica en su nula participación para generar desarrollo, trabajo y seguridad ciudadana en el país.
La producción de la mina MMG Las Bambas es fundamental en el país, ante la falta de inversiones de la actividad privada, que el Estado, prefiere no incentivar ni promocionar, mediante una administración seudo estatista, a través de un clientelaje morboso al que no puede negarse y que permite que los recursos del Estado se distribuyan entre los cercanos al régimen y no pluralmente.
Como sabemos, el crecimiento del producto bruto interno (PBI) en el presente es muy bajo, y solo se está capitalizando los ingresos del reciente pasado, generando ahora una economía moderada, pero pasada la luna de miel, veremos consternados la actualidad de una economía deteriorada; la situación se ha controlado con impuestos, pero sin la producción minera estaremos en el limbo.
El presente será de oscuridad absoluta si el gobierno sigue con la necedad de creer que desde el Estado se soluciona todo, y no convoca a agentes de experiencia privada que procuren inversiones con capitales frescos, pues la economía no resiste más, pero en vez de impulsar estrategias que genere riqueza; el gobierno insiste en ideologizar la gestión y obviar las demandas de la población.
Lo cierto es que el mandatario se encuentra sitiado por los organismos de control político y lo que busca es desprenderse de estos, con la presentación de herramientas antidemocráticas como la “cuestión de confianza” a ultranza, pese a la prohibición de iniciativas de facto que procuren inestabilidad social y económica, fuga de capitales y cuestionamiento político en el orden mundial.
Una administración política como la actual, que es incapaz de proveer bienestar a la población, que se enfrenta a los productores agrarios, a quienes no ha sido capaces de otorgarle úrea, (uno de los fertilizantes más eficaces para la siembra y cosecha) porque actúa dolosamente cobrando diezmos a los participantes de las licitaciones, merece todo el repudio de los ciudadanos de a pie.
Con ministros ociosos que solo declaran para cubrir desaciertos y desatinos desde el poder y aprovechamientos de cargos, Aníbal Torres y Pedro Castillo, siguen cuestionando a los poderes de justicia por investigarlos, pese a estar conviviendo con personajes desaliñados, expresándose con falsedades ante el congreso, para actuar sin control político, solo revalidan la dictadura política.