En la comunidad campesina de Pichirhua

El calentamiento global está cambiando nuestra relación con el agua, la pregunta es, ¿estamos preparados para afrontar ese cambio?

El agua es vital para nuestra existencia en el planeta, dependemos de ella para producir la tierra, para preparar nuestros alimentos, para beber, es vital para la agricultura y la ganadería e innumerables especies necesitan los ecosistemas de agua dulce para vivir.

En los andes tenemos 85 zonas de vida de los 110 que existen en todo el planeta; pero, por su ubicación a gran altitud son vulnerables a los cambios de temperatura por influencia del cambio climático, que provoca la disminución del agua, las sequías, las granizadas, las heladas, el derretimiento de nevados y la poca capacidad de producción de alimentos.

Pero, también no podemos olvidar que en los andes se originaron y se criaron una variedad de superalimentos como la papa, los granos de amaranto y quinua, las legumbres de lupino y las raíces de la maca, que han sido cuidados celosamente por los guardianes de la biodiversidad que a través de milenios lo han conservado, seleccionado y mejorado.

Esta conciencia del cambio climático que afecta al agua y por consiguiente en la seguridad alimentaria, este conocimiento que nuestros ancestros nos han legado tecnologías tradicionales para criar y conservar el agua, está creciendo en los andes, y uno de los pueblos es, Pichirhua, donde su gente cree que el principal eje de su vida es, criar el agua.

Con esa convicción y conocimiento, en una asamblea comunal decidieron rememorar una de las costumbres ancestrales que practicaban nuestros ancestros, cuál es, el tradicional “Qocha Wichqay” o cierre de lagunas, que consiste en almacenar agua en las lagunas cerrando la compuerta principal, para ser utilizados en tiempos de sequía y escases de agua.

Es así que, más de un centenar de comuneros, entre ellos, niños y jóvenes, tanto varones y mujeres, el pasado 17 de setiembre se desplazaron hacia las lagunas de Pichirhua sobre los 4 mil metros de altura, hacia los sectores de Tikuyu y Tarpaya, donde el pueblo tiene más de 30 lagunas.

Luego, de una ceremonia ritual a la Pachamama, los Apus y las Qochas, oficiado por el Yachaq Salvador Contreras, mediante un trabajo coordinado y sacrificado, lograron cerrar las compuertas de tres lagunas en las alturas de Tarpaya y la laguna de San Antonio en el sector de Tikuyu, en esta última laguna en su mayoría trabajaron comuneros del Sector Valle o quebrada.

Manifestaron las autoridades comunales y líderes del agua que esta fecha se institucionalizará en la comunidad como el día del “Qocha Wichqay”, fecha en que todos los años, el pueblo se desplazará para realizar esta acción cívica, es más, anunciaron que el próximo año, en una de las lagunas de Pichirhua se realizará el tradicional “Yaku Tinkay”, ritual de agradecimiento a nuestras fuentes de agua.

Para conservar el agua en estas alturas se están emprendiendo proyectos de construcción de Qochas para sembrar agua y 20 micro reservorios con Agrorural, para preservar la biodiversidad se impulsa el proyecto del Área de Conservación Privada Comunitaria con la ONG GeoYachaq, se está gestionando el represamiento de lagunas y se piensa reforestar con plantas nativas los bofedales y los ojos de agua. (Escribe: P.A Wilman Caichihua Robles)

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