Thomas Mann ha sido uno de mis autores de cabecera desde que lo leí el 2006 cuando conseguí un ejemplar de La muerte en Venecia (1912), una pequeña obra maestra de perfección formal que siempre gusta a los escritores. Luego vendrían las lecturas de Los Buddenbrook (1901), La montaña mágica (1924), Carlota en Weimar (1939), entre otros libros que el maestro alemán escribió con la misma destreza prosística espléndida.

Hace unos meses terminé de leer Doktor Faustus (1947), la novela que el Nobel germano escribiera en su exilio en Norteamérica y que fuera una de sus últimas obras trascendentales, que, como su nombre indica, hace referencia a Fausto (1829) de Johann Wolfgang von Goethe, cuyo protagonista, un sabio, vende su alma al diablo Mefistófeles por el amor de Margarita, una hermosa mujer mucho más joven que aquel anciano refugiado en su cuarto de estudios.

El Fausto de Thomas Mann es Adrian Leverkühn, un joven estudiante de Teología que amaba la música como si fuera el lenguaje de los dioses, que en sus horas de estudios superiores el diablo le ofrece la perfección artística en su arte musical clásico, con su respectivo éxito internacional, pero con la condición de que debe de entregar su vida (y con ella su alma) al final de sus días sin haber disfrutado del amor de una mujer, pues los placeres carnales y sublimes le están vedados, al menos los que se le ofrecerán con el sentimiento etéreo y mágico del amor. Y aunque parece dudar, Adrian Leverkühn acepta, como ciertos genios que han sacrificado casi todo por crear una obra honesta, sincera, perfecta.

Y para darle mayor fuerza al estilo narrativo de la novela, el narrador, amigo del protagonista central, tiene grandes conocimientos de los saberes musicales, como de las partituras, de la armonía, del ritmo, de la melodía, de las notas musicales, de los instrumentos, de los mitos tradicionales occidentales, de los coros y de los estribillos, de los opus, entre otros. Es decir, su conocimiento del mundo de la música es versado y casi erudito, lo que revela el alto grado de investigación del autor.

Además, Adrian Leverkühn, al vender su alma al diablo, alcanza al poco tiempo el éxito, creando obras maestras musicales, con una disciplina y un talento fuera de lo común, que impresionan a especialistas, a sus colegas del arte, a los críticos y al público en general. Y como también estaba predestinado, fracasa cuando se enamora de su amada, pues al final el matrimonio se trunca. Después hallará el consuelo en una meretriz que le contagiará de sífilis, la enfermedad que lo llevará a la tumba luego de haber alcanzado todos los honores y las riquezas del triunfo.

Las finales de las dos partes (la primera cuando Adrian Leverkühn conversa con el diablo y acepta venderle su alma, y la segunda cuando Adrian Leverkühn cuenta la historia de su pacto satánico ante un público interesado en el origen de su genialidad) son magistrales. Ambos tienen los ingredientes necesarios que buscan los lectores para que los recuerden por mucho tiempo, ya anecdóticamente o ya emocionalmente.

Otro libro que tiene a un artista como personaje central, en este caso a un escritor, es el libro de Ricardo Sumalavia, No somos nosotros (Editorial Planeta, 2017), cuya estructura está desarrollada a base de apuntes que el narrador desenvuelve desde que decide regresar a su ciudad natal, Lima, donde reflexiona sobre sus propios libros escritos, imaginarios es verdad, y sobre otros libros que lo marcaron como persona y como escritor. Y todo ello marcado por la cruz de la soledad, la reflexión literaria, existencial, que sufren los escritores en el día a día.

A modo de bitácora sobre el arte de la escritura y de la vida, yo creo que es un buen libro para valorar la literatura de Ricardo Sumalavia, ya que yo diría que es una de sus mejores publicaciones y que por ello mereció toda la atención de la crítica. Me sentí a ratos identificado con el protagonista, con sus inquietudes, sus intereses, sus anhelos. Además, el estilo es ágil y directo, por lo que terminé el libro de un tirón.

Como todo libro de escritores y sobre escritores, existen muchas referencias a autores nacionales e internacionales, como a los libros contemporáneos o, también, clásicos. Se respira el amor y el extrañamiento con la literatura en cada página. En ese sentido, es un libro recomendable, y por ello también me ha interesado leer Croac y el nuevo fin del mundo (Editorial Planeta, 2022), que es su último libro, que vino acompañado de críticas positivas y que también ya está entre mis pendientes.

Entre los libros de ficción sobre escritores recomiendo también, por ejemplo, La literatura nazi en América (1996), Llamadas telefónicas (1997) o 2666 (2004) del magistral Roberto Bolaño, La velocidad de la luz (2005) del genial Javier Cercas (una novela que terminé estos días y que me pareció magnífica, poderosa, digna de un candidato al Nobel de literatura), La hierba de las noches (2014) de Patrick Modiano, La muerte del padre (2009) de Karl Ove Knausgård, Café de artistas (1953) o La colmena (1950) de Camilo José Cela, La tía Julia y el escribidor (1977) de Mario Vargas Llosa, entre otros libros que engrosarían esta exigua lista.

================

Francois Villanueva Paravicino

Escritor. Cursó la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Autor de Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019), Sacrificios bajo la luna (2022), Los placeres del silencio (2023). Textos suyos aparecen en páginas virtuales, antologías, revistas, diarios y/o. Mención especial del Primer Concurso de Poesía (2022) y de Relatos (2021) “Las cenizas de Welles” de España. Semifinalista del Premio Copé de Poesía (2021). Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España.

¿Qué opinas?

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí