Carlos Iván Landa Kerschbaumer

¿La ideología tiene que ver con la economía? los expertos en los temas de análisis económico y su repercusión en el mercado, aseguran que no, pero, qué ha impulsado a nuestros gobernantes de hacer más pobres a los peruanos de lo que ya son, acaso, alguien desea actuar masoquistamente contra sus gobernados, es difícil de creer, pero la pobreza demuestra que se hace poco por ellos.

Cuando un gobierno llega al poder sin ninguna preparación pasan estas cosas, la gente se encrespa y toda la energía acumulada aflora, y retumba como un trueno y se genera una tormenta de insatisfacciones, buscándose al culpable para que asuma costos sociales, que son muchos, y que dejaron crecer todos los presidentes que tuvimos, que solo gobernaron para grupos económicos.

Una gran noticia es hoy adquirir el pollo a S/. 9.50 y saber que por efectos de la gripe aviar las aves tienen que importarse de Brasil, y así el alza pasa por carnes, cebollas, apio, tomates, y cuanto requiere la ama de casa para preparar los alimentos para sostener a la familia, que no tiene necesidad de angustiarse porque sus padres se tragan la amargura para no trasladarla a los niños.

Esta es la actualidad de los peruanos, que no se atreve a solucionar el gobierno de Dina Boluarte, que sale con la plancha en alto solo para ponerse a la defensiva y decir que las protestas que se incuban lo único que van a hacer es propender a más pobreza y atrasar al país, no sabemos hasta donde el gobierno ha podido solucionar el desnivel social existente que golpea y genera violencia

La presidenta y el premier actúan como un monstruo bicéfalo en la conducción del gobierno, pero de momento, se preocupan más del tema político, de generar confianza en el consenso internacional, tratando de levantar las narrativas falsas, que saciar el hambre de sus gobernados, que requieren comer, el país está en ascuas por efectos del dengue y el próximo “niño” por venir.

El país parece ser el escenario donde los designios de Dios se expresan con severidad, hemos tenido pesares y los seguimos teniendo, de desilusión, aflicción, quebranto y crisis, por efectos más por la indiferencia, que por la propia escases de recursos, donde solo los colectivos familiares son capaces de dar afecto y permitir como un ungüento o una capsula, aliviar nuestras dolencias.

El presente se parece mucho a una película de terror, que asusta al niño, con la percepción de ver asomarse un monstruo para ahorcarlo, esa pesadilla, aunque con otra historia, también la perciben los adultos, aunque esto se transfiere al sostenimiento del hogar y al monstruo que resulta asistir al mercado y soportar los precios de los productos de consumo popular inaccesibles.

En Lima, donde me encuentro, por cuestiones de difícil explicación, las familias, se muestran atónitas por la inestabilidad que existe, que ha convertido a la capital en una telenovela con entregas por capítulos, al punto de que la gente exprese ¿y ahora qué sigue?, lo real es que la agenda está referida a la subsistencia popular, porque sin recursos no se puede construir el futuro.

¿Qué opinas?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *