ELECCIONES, ELECCIONES…..

Gracias al papel de muchas personas (guías, líderes, jefes…), las diferentes comunidades se organizan y se consolidan en torno a una serie de dictados (convenciones, normas y reglas de convivencia), que son respetados por todos sus miembros. Paralelamente, se establecen castigos para aquellas personas que actuaran de manera contraria a los mismos acuerdos acreditados como tal, esto significa que todos estos elementos conforman el orden social, y fueron los que permitieron el establecimiento de una convivencia colectiva armónica y sin conflictos.

Ahora más que nunca debemos dejar de ser aquella persona cercana, con la que se puede interactuar y que nos puede ayudar en la solución de nuestros problemas.  Nuestra comunicación con él se debe realizar a través de una serie de instituciones y de procedimientos que dan cabida a la relación personal. Si los líderes pierden esa visión de conjunto, que les daba su conciencia de pertenencia a la comunidad, sus decisiones dejarán de estar orientadas necesariamente hacia el bien común.

¿Cómo restablecer la comunicación entre el líder y la comunidad?, ¿Cómo recuperar el sentimiento de pertenencia del líder hacia la comunidad en general?, ¿de qué manera construir un liderazgo al servicio de todos los miembros del colectivo? Estas preguntas señalan un importante reto que la realidad social  nos plantea a todos los miembros de la comunidad.

Recuperar la idea del líder como persona. -Un primer paso en este proceso, consiste en dejar de percibir exclusivamente al líder como si fuera un agente. Rescatar su dimensión y su naturaleza como persona. Pero, ¿cómo lograr esto?…

Herramientas democráticas para promover un cambio En nuestros actuales sistemas democráticos, este principio se concreta en dos medidas que pueden ser implementadas en nuestros ordenamientos.

La primera de ellas es la posibilidad de cambiar las personas que ejercen dichas funciones gracias a la convocatoria periódica de elecciones.

Una repetición frecuente de elecciones es una precaución elemental, por parte de la democracia, contra el virus de la oligarquía. Robert Michels. Partidos Políticos.

La segunda, es el establecimiento de un límite máximo de tiempo para ejercer la función de liderazgo (limitación de mandatos). De esta manera, siempre se tiene la conciencia de que esta actividad es limitada en el tiempo… en algún momento dejaremos de desempeñarlas.

Somos conscientes que ambas medidas sólo constituyen un primer paso, que permite recuperar al líder como persona… a partir del cual se puede construir un liderazgo más conciliador, humano e integral.

¿Cómo se construye este nuevo modelo de liderazgo?, ¿cómo afecta a la convivencia colectiva?, ¿qué futuro social y político permite ilustrar?, ¿hasta qué grado es posible este nuevo proyecto?… son preguntas que quedan pendientes y debemos abordar entre todos… (Una semilla por crecer)

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