Carlos Iván Landa Kerschbaumer

Todo puede pasar, cuando se quiere asaltar el poder, eso lo tiene muy en claro Perú Libre, que con Waldemar Cerrón a la cabeza buscará capturar el Legislativo y quién sabe con qué oscuros intereses, o quizá si lo sabemos, llevar al congreso de la república hacia la izquierda, para lo cual requieren negociar en esa línea, con las bancadas de similares argumentos, incluidas prepotencias.

De Ripley, un congreso bastante devaluado, 6% de aceptación y por lo tanto ilegítimo, pero legal, porque con sus votos los electores colocaron a 130 congresistas, que hoy quieren sacar, por la serie de situaciones irresponsables, por decir lo menos, empero estos se aferran al poder apoyándose en la constitución política, que exige cinco años de labor, aún con el magro presente.

Lo extraño, no sabemos, si será estrategia, cansancio o qué, un congresista de derecha, se animó a comentar, sería positivo que la izquierda asuma responsabilidades, es decir, que tenga la oportunidad de integrar la mesa ¿tal vez dirigirla? Porque quizá sea muy cómodo criticar desde el llano y no hacerlo desde la conducción, donde convierten en una piñata a quienes llevan la batuta.

La pregunta, ¿de dónde sacará 66 votos la izquierda para hacerse de la mesa directiva? Habida cuenta que cada vez que los perulibristas apostaron por algún proyecto o asumieron alguna apuesta partidaria para detener la avalancha de los votos de sus opuestos, se quedaron fuera, las estadísticas indican, que no superaron cincuenta votos, incluidos el refuerzo de aliados y caviares.

La izquierda ex oficialista asegura con convicción que apostará por los que llegaron al congreso con ellos, es decir los 15 que continúan y por ende los que se esparcieron en otras bancadas pero conservando su ideología, recién ahí, cuando la suma no dé, pensarán en los contendores políticos a los que intentarán atraer a su lado, pero solo será para completar la lista que deberán presentar.

Como sabemos, en todo el proceso político congresal la izquierda y la derecha han estado partidos en las votaciones, porque sus intereses son distintos, los primeros defienden un proyecto político radical o en todo caso estatista, mientras los segundos plantean mantener el statu quo y la política liberal, con la vigencia de la regulación de precios por el mercado y de los contratos leyes mineros.

Aunque la política nacional es responsabilidad del ejecutivo, quien rige la jefatura del Estado, el congreso que tendría entre sus planes volver a poner vigente la bicameralidad, un tema en que difícilmente se podrán de acuerdo, es una agenda que debería absolverse desde este agosto en el legislativo ¿es negociable? Pues se supone que debería generar un mínimo de acuerdo para existir.

Si esto se cae, y las elecciones congresales vuelvan a ser más de lo mismo, no habremos avanzado nada, empero estamos analizando una supuesta lista de consenso, que es muy difícil de lograr, Fuerza Popular, en tanto, viene siendo desde hace tiempo la voz cantante que coloca los fusibles donde estos hacen falta, y cuando alguien no convence instala a algunos de los suyos. Veremos.

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