Con todo en contra, menuda tarea, es la que deberá enfrentar el gobierno de la presidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra y su equipo de gestión, por la característica de la protesta, que no sería para reclamar contra el alza de productos, protección ciudadana, calidad de vida, que afecta a los ciudadanos de a pie, sino van más allá, generar el “caldo de cultivo” para derrocar a la mandataria.
El coronel EP ® Juan Carlos Liendo ex jefe del servicio de inteligencia del gobierno (DINI) en entrevista con Rpp alertó que los operadores de la denominada toma de Lima “estarían en la capital y habrían introducido material para armas hechizas, como molotov y otras”, para así dar lucha y enfrentar la resistencia de las fuerzas del orden, durante una planeada asonada violentista.
Los cabecillas de la organización de la marcha, estarían reconocidos por el servicio de inteligencia y solo bastaría que se ejecute un plan contra la subversión, para lo cual las autoridades militares y policiales habría recibido instrucción respecto al control de la fuerza, habida cuenta que los organizadores evitan aceptar que entre los manifestantes existen personajes que son violentos.
En tanto viene siendo cuestionada la expresión, “las marchas siempre son violentas” que alguien lanzó por ahí, dejando entender que la exasperación y el descontento de los protestantes generan emociones incontrolables sin ningún freno, y muchas veces se va de las manos a los dirigentes, las masas sindicales y rurales, muchas veces son caballos desbocados que no se detienen ante nadie.
La experiencia demuestra que ninguna marcha es pacífica porque los conglomerados son dispares e imprevisibles, si como se cree se adhieren personajes de diversa posición política , antagónicos entre sí, no se espera nada bueno como conclusión, no extrañaría, respecto a ello, que existian colectivos que respaldan al gobierno y quienes lo deploran, la izquierda se inclinaría a lo segundo.
De otro lado ha sido muy cuestionada la ministra de cultura del régimen actual, por permitir que el viceministro de la cartera recibiera al grupo “La Resistencia” por lo cual le costó la cabeza al funcionario ¿para contentar a la oposición? y es probable que la titular siga por el mismo camino, como sabemos el grupo es considerado violentista y ultraderechista, por lo cual es cuestionado.
Queda por tanto, para la suspicacia, que “La Resistencia” pueda tener algún rol que cumplir como contramanifestación en la próxima marcha, pues a nadie le digiere que su participación en mesa de diálogo con el gobierno, haya sido tan simple, como responder, “me tocaron la puerta y los recibí, pues no esperaba a todos, sino a algunos, a nadie se le puede cerrar la puerta”, se espetó.
Lo cierto es que el término denominado “la tercera toma de Lima” no gustó al exministro del Interior y sociólogo Carlos Bassombrío por leerse como un hecho histórico como La Bastilla y otros, aquí no creemos que tenga tanta trascendencia, afirmó, según opinión de politólogos y otros, regiones como Arequipa ven como una aguafiestas la marcha por cumplirse su aniversario.
La reflexión que se tiene es que la marcha, que esperemos no sea violenta genera mucho malestar en los agentes económicos. Incluidos industriales, turísticos y educativos que ven un deterioro y afectación a sus actividades y pérdida de ingresos, pues califican de muy inoportuna una marcha política, en momentos que el país trabaja por la reactivación y la ejecución de planes y programas.