Por Francois Villanueva Paravicino
Al terminar la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL 2022) quedé impresionado por la gran acogida que tuvo la séptima edición del libro No le reces a los muertos (Editorial Apogeo, 2022), de Lenin Solano Ambía, que vio por primera vez la luz el 2011 y que desde entonces atrapa a los lectores desde el título, ya que muchos se detienen para saber de qué trata la novela y, al leer la contratapa, la alusión a los asesinatos en serie y la búsqueda del criminal enciende el interés de los lectores de novelas policiales y, también, del público en general.
Aparte de ella, conseguí otras del mismo autor: Cementerio del Père Lachaise (Editorial Apogeo y Editorial Halcón del Fuego, 2022; que vio por primera vez la luz el 2014) y Asesinato entre pinturas (Editorial Apogeo y Editorial Halcón del Fuego, 2022), que, como podría esperarse de un buen representante de la novela policial peruana, son novelas negras llenas de crímenes, asesinos, presuntos homicidas, policías investigadores, escenas sangrientas, motivos impensados, finales dramáticos, diálogos literarios, y un lenguaje narrativo ágil, directo, contundente.
Leer las tres novelas en tres días, una diariamente, me hizo recordar a las lecturas que hiciera de niño de Raymond Chandler o James M. Cain, cuyas plumas retrataban, con gran funcionalidad y destreza, las aventuras de los forenses, investigadores policiales o detectives particulares para descubrir o perseguir los rastros de un criminal o un maleante. Sin embargo, tal vez ya por los años de lector empedernido que, al leer las obras de Lenin Solano Ambía, me parecieran de una facilidad y, también, disfrute enorme, lo que hizo que le preste más atención a este autor que estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y que actualmente vive en París.
Comencé con No le reces a los muertos y recordé mis años en la Ciudad Universitaria de San Marcos y, también, sus alrededores y, en general, las calles limeñas de noche. Además, al comprender a los protagonistas de esta novela de más de doscientas cincuenta páginas recordé a los limeños, que, como se podría decir con la literatura, podría parecerse un capitalino de otra ciudad latinoamericana; y, asimismo, entendí sus traumas, sus frustraciones, sus pasiones, sus obsesiones, sus resentimientos, sus secretos oscuros, e, incluso, sus perversiones. Al final, uno cae en la cuenta de que el enemigo asesino puede ser la persona que menos lo piensas y que incluso puede refugiarse en el lugar menos pensado.
Después leí Cementerio del Père Lachaise, que ocupó el segundo puesto en el 2014 del afamado VI Concurso de Novela Breve organizado por la Cámara Peruana del Libro, que, también, es una novela entretenidísima y sangrienta, y que está ambientada en aquel cementerio francés que alberga, por ejemplo, a Balzac, a Molière, a Oscar Wilde, a Miguel Ángel Asturias o a Edith Piaf. Son varios los crímenes que suceden al interior de dicho camposanto y que tiene como protagonistas centrales al oficial Leopoldo Chacaliasa y el teniente Martínez, quienes, como Sherlock o Watson, son los sabuesos que deben descubrir a los asesinos. Sin embargo, al final quedé en vilo, porque esta nouvelle policial es parte de una trilogía: El asesino de Notre Dame (2016) y Muerte en la ciudad luz (2018). Como debería de ser, me quedé con aquel par de novelas como lecturas pendientes, y espero conseguirlas pronto.
Al final, di con Asesinato entre pinturas, que tal vez por la tristeza de finalizar este pequeño pack de Lenin Solano Ambía, me pareció la más lograda y la más destacada, porque he visto que el autor maneja con dosificación el conocimiento del mundo artístico de la pintura y los cuadros artísticos, además de la rivalidad entre pintores y artistas y ciertos datos del millonario mercado negro del arte en el mundo. Aquí también están presentes el oficial Leopoldo Chacaliasa y el teniente Martínez, investigadores afincados en Francia pero de raíces peruanas. Como las novelas anteriores, está dividida en capítulos medianos o, pudiese decir, cortos; lo que hace que el lector se sumerja en sus páginas con gran comodidad y soltura.
En una entrevista con la escritora Lessy Galván, el autor Lenin Solano Ambía sostuvo: “Leo de todo. Cuando vengo a Perú, leo a escritores jóvenes y novela policial. Cuando escribía este libro estuve leyendo al escritor francés Pierre Lemaitre. Es un escritor duro, fuerte y muy sangriento. Hay una clara influencia de él en Cementerio Père Lachaise porque hay hechos bastante violentos”. Por ello, el que se aventure en las páginas que nos ofrece este autor saldrá recompensado con escenas violentas, misteriosas, intrigantes, terroríficas, divertidas, hasta un poco eróticas, y mucho más. La invitación está hecha.
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Francois Villanueva Paravicino
Escritor (1989). Cursó la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Autor de Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019). Textos suyos aparecen en páginas virtuales, antologías, revistas, diarios y/o, de su propio país como de países extranjeros. Mención especial del Primer Concurso de Poesía (2022) y de Relatos (2021) “Las cenizas de Welles” de España. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España. También, ha sido distinguido en otros certámenes literarios.