Suelen bailar Huaylía, Toril y carnaval apurimeño

A diario, podemos encontrar a los esposos Angelino Mendoza Miraya (45) y Olinda Oscco Anamaria (42) vendiendo desayunos en un paradero de Chorrillos. Suelen madrugar para preparar maca, soya, quaker con leche, ponche de habas, entre otras; alistar el relleno de los panes y hasta exprimir las naranjas. Esta pareja apurimeña, que lleva más de 20 años de feliz matrimonio, además de jurarse amor eterno y trabajar muy duro para mantener a sus cuatro hijos, tiene un talento para el baile y la música costumbrista de la sierra sur del país.

Para las fiestas de su pueblito Calcauso, distrito de Juan Espinoza Medrano, provincia de Antabamba, en Lima, suelen bailar Huaylía, Toril y carnaval apurimeño y eso ha convertido a esta pareja en una de las más queridas por sus paisanos, ya que zapatean con una pasión y lo hacen por el cariño que sienten por su comunidad. Pero eso no es todo, el señor Angelino, a quien cariñosamente llaman Lino, es un destacado músico vernacular. Toca la mandolina e integra desde hace diez años el grupo ‘Río de Los Andes de Calcauso’.

“En las fiestas que se hacía en mi pueblo, siempre se tocaba la mandolina. Tiene un sentimiento especial cuando suena el huayno, y eso me llamó la atención. Nadie me enseñó a tocar, yo aprendí viendo a mis amigos y familiares. Hoy, esta herencia trato de compartirla con mis hijos para que no se olviden de sus orígenes y aprendan a valorar nuestra cultura”, cuenta el señor.

RAYAN CON LOS DESAYUNOS

En su puesto de venta llevan poco más de cuatro años. Venden un promedio, entre 150 y 200 desayunos diarios, y la misma cantidad de panes. Es un trabajo muy sacrificado, porque inician a las 2 de la madrugada y culminan a las 10 de la mañana. Pero no tienen tiempo para descansar, ya que deben comprar los ingredientes que necesitan para la jornada del día siguiente. Es su manera cómo preparan estos desayunos típicos de la sierra que ha convertido su puesto, en uno de los preferidos por todos los transeúntes que caminan por esta zona de Chorrillos.

“Tenemos un caserito que nos trae los ingredientes de Apurímac, y por eso siempre los desayunos nos salen ricos. Hay que saber hervir las frutas, por ejemplo, cuando preparamos quinua. O, saber en qué momento se alcanza el hervor preciso en la soya para que no se te corte”, cuenta doña Olinda.

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