Un día como hoy, 27 de julio, pero en 1834, nació Miguel María Grau Seminario, el héroe máximo de nuestra patria. En esta fecha recordamos una anécdota donde seguro el mismo Grau recordó su naufragio.

Creo que todos hemos escuchado esa frase “Eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Imagino que ese pensamiento o uno similar, habrá acompañado al almirante Grau el 21 de mayo de 1879, en el combate de Iquique, al momento de mandar a rescatar a los 63 chilenos que flotaban en el mar, después que el monitor Huáscar hundió a la corbeta Esmeralda, la única nave de guerra construida como tal para la Armada de Chile.

Pienso que el marino Grau nacido en Paita se compadeció del enemigo de ese entonces, porque cuando fue niño, a los 9 años de edad, se embarcó en el bergantín velero Tescua y se fue a la mar, quizá empezando su carrera de marino mercante. Aquella edad en que los niños juegan en la arena de la playa, el pequeño Miguel ya era un grumete en una embarcación ballenera.

El inicio de marinero tuvo un gran bautizo que de repente lo marcó para siempre. El Tescua naufragó y los tripulantes, entre ellos el niño Miguel Grau, quedaron flotando y haciendo lo posible por salvar su vida. Estoy seguro que este hecho lo marcó porque tan solo era un menor de edad que sobrevivió a tremendo susto.

Quizá de ese trauma se acordó cuando tras hundir al Esmeralda y vio a los chilenos en el mar, tuvo compasión por ellos, razón por la que les salvó la vida. A lo mejor el naufragio fue algo que no le deseó ni a su peor enemigo.

No solo en guerra peleó por el Perú, sus ánimos de hacer patria lo lleva a ser diputado por Paita en 1876. Me atrevo a decir que su interés fue solamente hacer cosas en favor del país, porque cuando en abril de 1879 Chile nos declara la guerra, él abandona su curul, para ir a defender al Perú donde mejor sabía hacerlo: en el mar.

Hoy, como sabemos, existe una copia de su curul en el hemiciclo del Congreso. Cuando este humilde servidor trabajaba de reportero político en el Legislativo, me gustaba ir los jueves temprano porque había pleno y llamaban lista a los congresistas, empezando por nuestro héroe: Miguel Grau Seminario? Presente, parecía escucharse desde el mar.

Quizá el hecho de recorrer el mundo en barcos durante 10 años, dominando el mar y el inglés, conocer la riqueza cultural de un sin número de países, lo llevó a escribir sobre la importancia de los negocios internacionales y la necesidad de que el país cuente con una marina mercante. Grau ya tenía visión de una economía abierta de mercado.

Grau es un ejemplo íntegro de valores. El mayor valor que nos enseña es la solidaridad, porque la tuvo hasta con el enemigo. Si tan solo nosotros tuviéramos solidaridad entre peruanos, creo que nuestro país sería otro.

Feliz cumpleaños, Almirante.

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