Si alguien creyó, que la decisión de otorgarle la presidencia del TC, a Marianella Ledesma, la haría más objetiva, se han equivocado de rabo a rabo, porque la izquierdista sigue en sus trece, y continúa votando junto a los tres tribunos, Carlos Ramos, Manuel Miranda, Eloy Espinoza, de esta manera era muy difícil, que el TC declarará inconstitucional la disolución del parlamento nacional.

Por cierto, Martín Vizcarra, una vez que conoció, el fallo 4 votos a 3 a favor de la posición del gobierno, río de oreja a oreja y tuiteó por la decisión asumida por el Tribunal Constitucional, sin embargo, no debería sentirse alegre, porque el fallo ha sido dividido, lo que demuestra, que tres tribunos, Ernesto Blume, Augusto Ferrero y José Luis Sardón, estuvieron en contra de la disolución.

Con este panorama, está claro que el fallo expresado por los cuatro tribunos, señalados, que siempre estuvieron en contra de la democracia, lo que hacen es mantener su posición a favor del gobierno, por eso, Vizcarra, se apuró, a evitar que un nuevo tribuno, como Gonzalo Ortiz de Zevallos, llegara al Tribunal Constitucional, porque inclinaría la balanza, y el fallo le sería adverso.

Con esto se colige, que la decisión estrecha de 4 a 3 a favor de la disolución del congreso, lo que hace es señalar, que el fallo es muy cuestionado, lo contrario sería, que la decisión hubiese sido unánime, que le daría el calificativo de indiscutible, pero al ser dividida, no abona a formarse una opinión de justiciera, que en el caso, deja muchas dudas, pues se colige la arbitrariedad del tema.

Con ello, los tribunos que rechazaron la demanda competencial, lo hicieron de manera política, y no jurídica, lo que demuestra, el sesgo que existe en nuestro país, cada vez que se trata de tomar decisiones complejas, que muchas veces, tienen nombre propio, o en todo caso, esconden el deseo de cortar las aspiraciones políticas de los inculpados, el congreso debe cambiar la historia.

La verdad, es que existen muchas suspicacias, tras el fallo, del Tribunal Constitucional, que deja mucha tela para cortar, y atenta contra la democracia, porque en el futuro, con el solo hecho de hacer cuestión de confianza, se puede echar a cuanto congreso incómodo para el presidente de la república exista, hoy el gobierno, ha encontrado la fórmula para deshacerse de los parlamentarios.

No se puede desarrollar una tarea legislativa con un cuchillo en la yugular, eso es asesinar la política, lo cual es un reto para los nuevos parlamentarios, que tendrán que generar estrategias de protección, a su fuero, para evitar que un dictador asuma arbitrariedades y abusos, como es el de no permitir la reelección de los congresistas, y permitir, que se genere improvisación legislativa.

Lo peor de todo, es que hoy se tiene que acatar un fallo, que fomenta la dictadura, y convierte al congreso en una mesa de partes, qué harán los bisoños congresistas, con un francotirador en Palacio de Gobierno, con el dedo colocado en el gatillo, dispuesto a disparar, apenas vea que el congreso apriete y pida explicaciones, el tirano los acusara de obstruccionistas, como acostumbra.

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