Nuestros gobernantes no aprenden. Apenas han transcurrido cuatro lustros, desde que Abimael Guzmán un maestro arequipeño, que prestaba servicios como docente en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, ideara un plan macabro para llegar al poder a través de una organización criminal, hoy nuevos radicales prefieren participar de la vía democrática para capturar el Estado.

El candidato Pedro Castillo, es apenas un alfil del ajedrez que intenta hacer jaque-mate al sistema, en el intento de cambiarlo todo; revisión de los contratos mineros, nacionalización de los activos nacionales en el que participan empresas internacionales, nuevo modelo económico, entre otros detalles, todo esto con el objetivo de que el Estado asuma el control de las instituciones públicas.

El líder sindical y rondero que saltó a la fama luego de la marcha que encabezó el SUtep-Conare, desplazando a Patria Roja, por una reivindicación de remuneraciones para el maestro y el cese de hostilidades a los docentes en el proceso de evaluación educativa y que “reventó” la plaza San Martín de Lima, hoy encabeza favoritismos políticos, respaldado por los ignorados del otro Perú.

Como en tiempos de Abimael Guzmán, las autoridades actuales no tomaron previsión de lo que pasaría en el país si continuaban desatenciones y los pobladores con pobreza y extrema pobreza sogan siendo los olvidados, ocurrió en Ayacucho durante una centuria, hoy han pasado 21 años desde la aparición de Sendero y los procesos contra 04 expresidentes empiezan a pagarse caro.

Ahora es Pedro, pero podría llamarse Raúl o Daniel, el nombre no interesa, pues los desaciertos del Estado golpean la parte más sensible de la sociedad; está claro que la gente pobre desafecta a la política, persistirá eligiendo a los Castillos o Mendozas , porque su situación genera desazón o desesperación, el pobre siempre busca que su país les de satisfacciones y esta es su oportunidad.

Un docente de economía social había dicho a sus alumnos en 1979, que el caldo de cultivo para que Sendero Luminoso participara en las operaciones violentas contra miles de peruanos, estuvo basada en la insatisfacción social, hoy, otros personajes aparecen en el escenario, tratando de cubrir la ausencia del Estado con acciones al límite de la reivindicación social y profeso radicalismo

El gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry, que había regresado al poder entre 1980-1985, subestimó a Sendero Luminoso confundiéndolo con guerrilleros o abigeos, el mandatario Alan García tomó la posta, realizando un gobierno de corte popular que endeudó al país, aparecieron secuestradores, ladrones de bancos y narcotraficantes y se diluyó el accionar contra los terroristas.

Al asumir su mandato Alberto Fujimori 1990-1995, encontró a un país destrozado, teniendo que resolver varias situaciones, la recomposición del Estado de Derecho, la recuperación de las relaciones con Estados Unidos, el endeudamiento público y la lucha contra el terrorismo, fue así que creó el grupo policial GEIN que realizó una destacada tarea capturando a Abimael Guzmán.

Derrotado Abimael Guzmán y Sendero, quedaron remanentes que aún persisten en la lucha contra el Estado, pero no ha sido el único dolor de cabeza para el país, también lo fue en su momento Ollanta Humala, que tuvo que descartar su programa de nacionalización para llegar al poder mediante una hoja de ruta, lo que Pedro Castillo se niega a aceptar y convertirse en un golpista.

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