Mensaje a la Nación de PPK: Nada sobre la lucha contra el narcotráfico

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fotoOcurrió lo que no debió suceder. O, si fuimos ingenuos, ocurrió lo previsible. Pese haber ganado levantando la bandera contra el narcoestado y el narcotráfico como un factor que ha exacerbado la criminalidad en las calles, es decir, el desborde de la inseguridad ciudadana, PPK no dijo nada en su mensaje a la nación sobre esta industria subterránea y criminal que afecta la seguridad, la gobernabilidad y el desarrollo nacional.

Así es: ni una sola palabra sobre el narcotráfico. Desapareció absolutamente de su discurso. Esto era previsible, de ahí la ingenuidad, tras su triunfo sobre Keiko Fujimori: sus voceros llegaron a decir, cuando los fujimoristas se quejaban de haberlos insultado a “todos” como narcotraficantes, que eso había sido producto de la efervescencia de la campaña electoral. Y el mismo PPK no volvió a hablar de narcotráfico. Era, pues, sintomático la desaparición del NARCO en el nuevo discurso oficial.

Eso lo corroboro Fernando Zavala, el nuevo primer ministro de su gabinete, cuando dio a conocer las prioridades del gobierno de PPK y el pedido de facultades legislativas al nuevo congreso: en esas prioridades, no apareció la lucha contra el narcotráfico. Lo que si apareció son dos efectos, en mayor o menor medida, del narcotráfico: la seguridad ciudadana y la corrupción. Fue así como oficialmente PPK abandono lo que fue, en los últimos 15 días de la campaña de la segunda vuelta, su principal bandera de triunfo sobre Keiko Fujimori.

Coligiendo: todo indica que utilizo el riesgo del narcoestado encarnado en Fuerza Popular y del narcotráfico como un factor del incremento de la criminalidad para ganar las elecciones a Keiko Fujimori, pero no -como queda claro hasta el momento- para enfrentarlo frontalmente. Aunque todavía resta esperar la presentación del gabinete Zavala en el congreso, sin embargo, hay pocas esperanzas que este tema sea prioritario en el gobierno que se inaugura hoy.
Sin embargo, el abandono de la lucha contra el narcotráfico tiene sus consecuencias, de manera univoca, en dos ofrecimientos de su primer mensaje al congreso y el país: seguridad ciudadana y corrupción. También. Claro está, en otros ámbitos, como la reactivación de la economía y el desarrollo económico-social. En efecto, esa ausencia o quizás abjuración, viene aparejada de consecuencias que ponen en cuestión algunos de sus principales ofrecimientos, o sueños, de PPK.

¿Es posible la seguridad ciudadana sino se lucha contra el narcotráfico que como candidato señalo que está a la base de la exacerbación de la criminalidad que afecta a todos los peruanos? Hoy, no es posible. Los ajustes de cuentas de sicarios narco, los enfrentamientos armados entre narcos con policías, asaltantes y, eventualmente, soldados en las zonas de producción y las ciudades, la han convertido en un factor causal de la inseguridad que actualmente vivimos.

¿Acaso PPK no está enterado que en las zonas de producción, tránsito y salida (marítima, fluvial, herradura y aérea) de PBC y cocaína, así como las zonas de producción de amapola y ruta del látex de opio y marihuana, hay una narcoguerra o conflicto armado entre los narcotraficantes con los policías y, en el caso del VRAEM, con asaltantes y soldados? ¿O acaso no está enterado que, en el puerto del Callao, pese al estado de emergencia, hay una narcoguerra entre bandas de barrios que colocan la droga en los contenedores?
¿O que, por señalar una de las tantas regiones donde también hay un notable desborde de violencia, en Tumbes también atraviesa la violencia delincuencial y del narcotráfico? ¿Acaso se ha olvidado del ataque con granadas y ametralladoras al Porsche de Gerald Oropeza, el 1 de abril del 2015 pasado, en el distrito de San Miguel, el primero de ese tipo en la ciudad capital?

Efectivamente, la delincuencia común, la delincuencia organizada y la violencia del narcotráfico están, sabiendo que tienen causas estructurales diferentes, entrelazadas y se superponen en las principales calles del nuestro país. En consecuencia, no es posible luchar contra la inseguridad ciudadana sino se lucha contra el narcotráfico y sus crímenes conexos. ¿Sera por eso que PPK aludió, de manera muy general, a la seguridad ciudadana?

Por otro lado, ¿es posible un Poder Judicial “reformado”, como lo dijo dos o tres veces PPK en su mensaje a la nación, sino se lucha contra el narcotráfico, uno de los principales factores de corrupción estructural de este poder encargado de dar justicia? No, no es posible. Casos ilustrativos abundan: ni el clan Sánchez Paredes, ni Cesar Cataño, ni Luis Valdés por mencionar tres casos que, pese a que tienen cada uno más 6 años en el Poder Judicial, no han sido sentenciados.

O la corrupción de uno de los principales actores de cualquier apuesta de seguridad ciudadana: la policía nacional. La mayoría, con excepciones notables, prefiere la coima, el cupo o, incluso, traficar droga. O la corrupción de la mayoría de fiscales que son archivadores de investigaciones de -entre otros delitos- lavado de activos proveniente del trafico ilícito de drogas. La corrupción, entonces, continuara.

¿Se puede, en suma, “reformar” el Poder Judicial sin luchar contra el narcotráfico? Imposible. Es un sueño.
Conclusión: todo parece indicar que PPK, no sabemos las razones, aunque la podemos sospechar, no luchara contra el narcotráfico. Una clara incongruencia entre el discurso electoral y la definición de las prioridades de su gestión gubernamental. De la presentación del gabinete Zavala en el congreso, para obtener el voto de confianza, no es posible esperar algo que el PPK no lo dijo en su mensaje al país: una política de Estado nacional e integral de lucha contra el narcotráfico. Una lástima.(Jaime Antezana Rivera)

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