El precio de los libros podría incrementarse un 18%

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Este viernes vence la Ley del Libro que exonera a la industria editorial del Impuesto General a la Venta (IGV) del 18%. De no aprobarse una Nueva Ley del Libro veríamos este incremento en los ya de por sí costosos materiales de lectura. Esto significaría un duro golpe contra el conocimiento y la cultura peruana, púes el libro sigue siendo el principal insumo de difusión académica. Libros educativos, libros especializados (médicos, jurídicos, sociales), literatura; todo lo impreso costaría un 18% más.
En el Perú existen grandes centros de comercialización de libros, pero estos son principalmente informales o ya de plano ilegales. Quilca, Amazonas, en Lima, venden libros de segunda a precios nimios y se han convertido en el corazón cultural del país; por otro lado, las imprentas de la Av. Grau, Abancay, y aledaños, abastecen a las regiones de libros piratas de mala calidad, con grotescos errores, pero que la gente compra por ser accesibles. Esta situación corre el riesgo de agravarse si se incrementa el costo del libro formal. Y con motivo; la cultura no puede ser un privilegio limitado a unos pocos.
Todavía nos encontramos en la cola en las evaluaciones internacionales de comprensión de lectura, como la prueba PISA, sin embargo, se evidencia un crecimiento sostenido que necesita mantenerse (en el 2015 Perú obtuvo 398 puntos, frente a los 384 que registró en el 2012). Plantear políticas que permitan mejorar la accesibilidad del material de lectura, como la Nueva ley del Libro, permitiría el desarrollo de la industria a largo y mediano plazo, a diferencia de las políticas sintomáticas y populistas a las que nos tienen acostumbrados.
Existe una propuesta planteada por Editoriales Independientes del Perú, sin embargo, la falta de voluntad ha llevado a esta situación, en la que, a menos de una semana de que la ley actual llegue a su fin, no se tiene nada claro.
Los más afectados, para bien o para mal, son las pequeñas editoriales independientes, que a nivel regional son las únicas que operan, muchas veces heroicamente y con cero ganancias. En Apurímac, en Abancay, en Andahuaylas, la única manera en la que los autores se dan a conocer es mediante la autopublicación. Es más, los autores consagrados de la región, no sólo se autopublican sino que se autocomercializan. Esto es posible sólo porque imprimir y vender libros, es barato y sencillo, debido principalmente a la exoneración tributaría. Si esta no existiera, seríamos pobres en verdad, en lo que importa, en nuestro saber. Alejar aún más los libros del pueblo, es una brutalidad que no debería permitirse.
La nueva ley debería contemplar incentivos, y fomentar institucionalmente la producción del libro. Por el bien del arte, la cultura y el conocimiento. Por el bien de todos.
(Miguel H. Tapia Salas)

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